Belén Nebot / Claudia Peña. Castellón.
Abel Planelles (Alicante, 2000), es periodista y crea contenido para redes sociales, especialmente para TikTok. Lleva casi un año informando sobre noticias de prensa del corazón. Dice que se define como «un chaval motivado» que no le gusta quedarse en casa «estancado». Tiene ganas de nuevos proyectos y de poner en práctica todos estos años de carrera.
¿De dónde viene tu pasión por el periodismo?
— Realmente no viene de ningún sitio en concreto. No tengo la típica pasión de como me gustaba una entrevista de hace años de tal periodista por eso decidí estudiar Periodismo, como le pasa a mucha gente. Entré a la carrera por el hecho de ser un doble grado, junto a Comunicación Audiovisual, que por ser Periodismo. ¡Me encanta comunicar y todo lo que tenga que ver con el mundo audiovisual! Además, era lo que más me apañaba dentro de lo que no me apañaba nada, que eso nos pasa mucho, pero a lo largo de la carrera le he ido cogiendo cariño a la profesión. He de decir que yo como periodista no me veo en el Senado ni haciendo cosas serias.
¿Has tenido referentes en el periodismo?
— De lo que son periodistas antiguos no, ¡aunque de la actualidad tengo un montón! Por ejemplo, las chicas de Ac2ality en TikTok que cuentan noticias entre cuatro. Y eso que creo que no son periodistas, pero en realidad me da igual, ¡es que lo hacen superbién!
¿Cómo ves el panorama de la prensa rosa en España?
— En la prensa rosa hay muchos prejuicios. Es el típico «no me gusta», pero todo el mundo lo consume. Pienso que esos prejuicios hay que quitarlos, siempre y cuando la noticia esté tratada con respeto sin pasar ciertas líneas rojas, porque en realidad es una noticia más. En las de deporte también hablas de alguien. También es cierto que en las de prensa rosa es sobre gente que generalmente vende su vida, tampoco estás hablando de nada del otro mundo. Con el fin de Sálvame, en la televisión estamos teniendo una gran pérdida porque molaba el tono de picardía que tenían.
¿Te han llegado ofertas de trabajo de programas de televisión de prensa rosa?
— De programas de televisión no me han llegado ofertas de trabajo como tal, hay veces que me han pedido que intervenga. En cambio, en revistas y podcasts sí, por ejemplo el programa de Las uñas, que es bajo demanda en Atresplayer.
¿Por qué decidiste empezar en redes sociales informando sobre noticias de prensa del corazón?
— Es como lo que toca ahora. Para ir a televisión o prensa hay que pasar una serie de filtros increíbles. En redes eres tu propio medio, tu escaparate, tu currículum… Es el momento de demostrar que vales sin la necesidad de que un medio te pague 200 € al mes, por hacer prácticas o escribir artículos en los que a lo mejor no ponen ni tu nombre. También fue a raíz de ver a mis amigos en prácticas y pensar en que no me apetecía que me explotaran. Además, no me gusta la forma en la que te tratan y que, encima, en la oferta ponga «no remuneradas»… No hice prácticas porque como estudié el doble grado no son obligatorias, como las optativas. Entré en redes sociales sin saber si iba a salir bien o mal. La primera noticia que subí fue cuando Lolalolita dejó de seguir a Ibelky, ¡se hizo súper viral!
Hay veces que programas de televisión han cogido tus vídeos de TikTok para informar, ¿te piden permiso para hacerlo?
— Lo solían hacer, aunque hay veces que no. Supongo que el derecho a la información lo tiene todo el mundo y al ser una red social pública, igual no están obligados a hacerlo, aunque queda bien que lo hagan. ¡Alguna vez me he visto en la tele y me he sorprendido! La primera vez que pusieron un vídeo mío sí que me avisaron y fue como un evento en casa (ríe).
¿Cuáles dirías que son los límites a la hora de informar sobre la vida privada de las personas famosas?
— Hasta donde haya expuesto esa persona. Si has contado en la revista HOLA en portada la mayoría de tu vida privada, ahí está tu límite. Con los cantantes es más difícil porque no exponen su vida privada como tal, pero en realidad sí lo hacen. Por ejemplo, el caso de Aitana, que no expone su vida pero subía fotos con Miguel Bernardeau, hizo una serie con él, photocalls… Entonces, que hablen de que había roto con él, es normal. ¿Por qué a Quevedo no le pasa esto? Porque él no ha hecho una serie en Disney y se ha puesto en un photocall con toda la prensa. Los límites los ponen los personajes.
¿Cómo te enteras de las noticias?
— Cada noticia tiene una historia, no es siempre igual. No hay una fórmula. Lo que ocurre es que tengo una exposición muy grande, en concreto tengo algo más de 259.000 seguidores en TikTok, entonces, hay gente que se entera de cosas y me las cuenta por Instagram en vez de recurrir a periodistas. Es cierto que el público empatiza mucho conmigo, no sé por qué. Al fin y al cabo, sólo cuento noticias y hay veces que me mandan muchos mensajes de cariño (ríe).
Tienes tu sección en la cuenta de TikTok de la revista Lecturas y escribes para Marie Claire, ¿cómo te llegaron esas oportunidades?
— Para trabajar en Lecturas, me escribió el encargado de las secciones web porque querían contar conmigo. Para Marie Claire, la redactora jefe se puso en contacto conmigo. Son dos ofertas que no quise rechazar porque es periodismo y me hace currículum. Las cosas que no tenían que ver con la carrera las he rechazado.
¿Cómo te sentiste al contar en exclusiva el embarazo de María Pombo?
— A pesar de que todo el mundo lo piense, no creo que haya sido el mayor bombazo que haya dado. Para mí fue mucho más fuerte cuando dije que Laura Escanes y Álvaro de Luna estaban juntos o la relación entre Goicoechea y Marc Bartra. En realidad, lo de María Pombo lo enseñó ella en un descuido, pero probablemente haya sido la noticia con más repercusión. Me disculpé en ese aspecto porque no quería fastidiar a nadie, aunque lo podía haber dicho cualquier persona a los 10 minutos de ver el programa de La Resistencia. Una seguidora me mandó la información a las dos de la mañana, por suerte estaba despierto y me puse la alarma antes de lo habitual para irme a la universidad, grabé el vídeo y lo subí más tarde.
¿Ha tenido repercusión dar tu opinión en los vídeos sobre las noticias que comentas?
— ¡Buah, sí! De casi toda la gente que hablo tiene fandoms, parece que estés en contra de toda España, pero en realidad estás en contra de 15 personas con cuentas de fans que se meten contigo. Doy mi opinión con respeto, y si tienen que rabiar, que rabien, pero no voy a dejar de darla. Mucha gente me dice: «Si eres periodista, tienes que ser objetivo». Es mi cuenta personal y hago el contenido como quiero: te cuento una noticia y aprovecho para dar mi opinión, como en todos los programas de debates que hay en la tele. No tengo por qué regirme en la objetividad absoluta por ser periodista. Soy objetivo cuando escribo en Lecturas o Marie Claire.
En cuanto al hate, hay gente muy mala. Con la noticia que di sobre que Papi Gavi ya no iba a participar en La Velada del Año 3 me cayó una buena. De hecho, había conocidos míos que me decían a buenas: «Abel, te has colado con esta noticia, no sé cómo vas a remontar… Ha hecho un directo con Nil Ojeda. El mundo streamer es muy duro y te van a cancelar…». Yo sabía que no me había colado, no por cabezota, es porque lo sabía al 100 %. Pensé que me caería la de Dios, pero que luego me caería a buenas. Ahora tengo a steamers pidiéndome que les diga quién va a sustituir a la chica nueva que no participará en La Velada (ríe). ¡Si lo supiera lo diría!
¿Te ha pedido alguna vez el protagonista de la noticia que borres el vídeo?
— Sí, constantemente. Es como que mi medio se ha convertido en uno de los más potentes que genera opiniones de la gente y tiene muchísima repercusión, parece que les asusta. Pero también ha habido protagonistas que me han dicho: «Cuenta esto». En algunos casos me lo agradecen, por ejemplo Papi Gavi me escribió y me dijo: «Te agradezco el respeto con el que lo has contado».
¿Cómo desempeñas tu trabajo periodístico?
— Ahora es mucho más tranquilo, pero cuando iba a clase tenía que compaginarlo para organizarme las secciones, escribir… Son más otras cosas que a lo que TikTok se refiere. En TikTok si pasa algo, lo grabo, y escribir para Marie Claire, igual. En Lecturas tengo los tres días fijados. Si pasa algo te das cuenta. Sigo a los medios de comunicación y mis seguidores me mandan mensajes, pero yo no estoy investigando las historias ni mirando los detalles (ríe).
¿Qué medidas legales tomas a la hora de dar esas exclusivas por si te denuncian?
— En la carrera he aprendido cómo se hacen las cosas y nunca he tenido que comprobar nada. La verdad nos hará libres (ríe), si cuentas la verdad no tienes que tener ningún miedo a que te denuncien.
¿Tienes miedo de publicar una fake new pensando que no lo era?
— ¡Constantemente! Me pasó con la noticia de Tamara Falcó, que lo tenía súper contrastado y al final no fue así. Quiero pensar que hay algo detrás de esa historia porque yo lo tenía atado con pinzas. Al final luego es disculparse y ya está, el periodismo no es una ciencia exacta. Lo que conté era veraz, pero no verdad. Me la colaron muy bien porque me llegó la información de tres personas distintas y me lo demostraron.
¿Qué le dirías a alguien que está estudiando comunicación y quiera desempeñar su trabajo en redes sociales?
— Que no se cansen y que no se frustren porque los números al final son números. ¡A tope y que no se rindan! A veces las redes son súper frustrantes porque piensas que tienes un contenido top y luego nadie lo ve, y a la mínima tontería que subes lo ve mucha gente y se viraliza. ¡Poco a poco se va recogiendo lo que se siembra!
¿Dónde te ves trabajando?
— Tengo proyectos en mente, pero lo que son hechos o firmados, nada. ¡Ojalá los que tengo en mente salgan! Tengo un rodaje de una publicidad la semana que viene, pero no la puedo contar (ríe). ¡De momento no me veréis en la tele!
Abel Planelles en la alfombra roja de los Premios Ídolo (TikTok)
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